Michel Camilo,
Fernando Trueba,
Diálogo cultural

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Diálogo Cultural se llama el encuentro entre artistas y público que el Compostela Millenium Festival programa entre sus actividades. El 22 de agosto, un día después de la primera proyección de la película Calle 54 (llamada inicialmente Latino jazz) de Fernando Trueba, asistían al diálogo Música y cine, el propio Trueba y Michel Camilo, que además de connotado jazzizta, ha sido musicalizador de algunas películas (entre otras de Two Much, de Trueba) y participante estelar de Calle 54. Sin embargo, después de algunas consideraciones sobre el tema, la conversación se centró en el jazz latino, sus orígenes, claves y presencia actual, y, por supuesto, en Calle 54, la película que se exhibió en estreno absoluto la noche anterior en la Praza do Obradoiro que preside la fachada principal de la Catedral de Santiago, el mismo lugar donde llegan los peregrinos después de haber caminado cientos de kilómetros. Esa noche, hubo también otros peregrinos: los que llegaron a esa ciudad a darse un baño de jazz latino, del bueno.
A continuación algunos extractos de lo pronunciado por Michel Camilo y Fernando Trueba.

 
  Al principio, África  
 

CAMILO: Se ha escrito mucho sobre la africanía en la música caribeña, sobre todo la cubana, y se han hecho comparaciones entre el ragtime y el son. La coincidencia está en el ritmo de la clave. Tres dos o dos tres, las dos combinaciones posibles, pero originalmente era tres tres. Hay muchas músicas, algunos ritmos brasileños, basados en el elemento rítmico primordial africano que perdura en casi todas las músicas. En el Caribe, se le añadió el segundo compás, que lo volvió tres dos, que es la base del son. El Ragtime está basado en la misma africanía. Ese gran descubrimiento se lo debemos a Dizzie Gillespie, que conoció a Chano Pozo, presentado por Mario Bauzá.

CAMILO: La música que hacemos, que en genérico podríamos llamarle jazz, es a fin de cuentas el resultado de la diáspora africana.

Ragtime:
Género de composición musical para piano, iniciado a finales del siglo XIX en Missouri, pasando luego a Saint Louis, Nueva Orleans, etc.
De la década de los 20 son las primeras grabaciones.
  Después, España  
  CAMILO: A principios del jazz, con el ragtime, se hablaba del spanish tinge (algo así como el sabor español), y de esto hay archivos en el Smithsonians Museum con pioneros pianistas del jazz de principios del siglo XX, tocando habaneras. Esto demuestra que el componente español y latino ya estaba presente en el jazz desde sus orígenes.  
  Gillespie, Bauzá, jazz y Cuba  
 

CAMILO: Mario Bauzá, negro cubano de la Sinfónica de La Habana, decide ir a Nueva York a abrirse caminos, transformándose rápidamente en el primer trompeta de la banda de Chick Webb y, aparte de ser propulsor del encuentro de la música cubana con el jazz junto con Gillespie, cuando Ella Fitzgerald va a audicionar a la banda de Chick Webb, quien la escucha primero es el cubano. Y se la presenta a Webb, que descansaba y no quería que le molestasen. Después de que Bauzá le convenciera de lo que tenía que escuchar, ese mismo día, Ella estaba cantando con la orquesta luciendo un traje de la señora de Mario Bauzá, porque ella no tenía qué ponerse.

CAMILO: Ese movimiento, el intercambio entre el Caribe y el jazz, existe desde hace mucho. Apenas un detalle que sirve de ejemplo: mucha gente no sabe que Caravan, la famosa pieza de Duke Ellington, no es de él. Está compuesta por Juan Tizol, un trombonista puertorriqueño que trabajaba en su banda.

Mario Bauzá residió en Nueva York desde 1930 hasta su muerte en 1993. Con la orquesta de Chick Webb trabajó entre 1933 y 1938. En 1946 Bauzá le presentó a Gillespie a Chano Pozo, siendo el comienzo de una revolución musical.

La pieza Caravan, la toca la banda de Duke Ellington por primera vez en 1936. Juan Tizol era parte de la banda desde 1929.

  Jazz latino  
 

TRUEBA: El jazz latino es algo que se fragua en la calle. Conozco pocos casos de músicas más populares. Hechas al margen de la academia. Dentro del jazz hay de todo (académico, más popular, más intelectual...) pero si algo tiene el jazz latino es que es el producto de la realidad, de una serie de migraciones, de viajes de ida y vuelta, de gente que va desde las islas del Caribe y otros países, que se encuentran en Nueva York con la música que se está haciendo. No en las compañías discográficas ni en las universidades, sino en las calles, en los clubes, en las descargas en Central Park, en las que se hacían en las calles de Manhattan décadas atrás...

CAMILO: Yo salí de República Dominicana tocando bebop. Así llegué a Nueva York, tratando de integrarme al jazz tradicional. Sin embargo allí me dio una melancolía inmensa. Encontré en tocar latino la posibilidad de llenar esos espacios, de mantenerme en contacto. Por eso hago jazz latino.

  El músico y la música  
 

CAMILO: En mis primeros años en Nueva York, toqué en un quinteto donde el saxofonista era Michael Brecker. Entre set y set, él se iba a una esquina del camerino y tocaba todo lo que él creía que le había salido mal, para perfeccionarlo. Así es esta música, siempre se puede hacer mejor y se puede uno pasar la vida entera buscando esa perfección.

CAMILO: Una de mis principales influencias es el maestro Ernesto Lecuona. De él aprendí las bases, ya que él fue uno de los que pudo traducir lo que escuchaba, rítmicamente hablando, a la mano izquierda. Así como en Estados Unidos pudieron traducir la africanía al jazz, Lecuona y algunos otros pudieron traducir la africanía a la mano izquierda en el piano.
También ha sido fundamental mi formación clásica -desde los diez años ingresé al conservatorio y a partir de los 16 a la Sinfónica-. Después estudié en la escuela Julliard en Nueva York. Y por supuesto, el jazz, que llegó a mí por accidente. A los 14 años y medio encendí el radio y sonaba ahí un tema de jazz. Qué es eso, me pregunté, y a partir de ahí, ha pasado lo que ha pasado.
Ahora tengo el reto del cine. Ponerle música a algo que ha pensado el director de la película.

CAMILO: Tocar jazz no solamente exige dominar un instrumento, sino también tener ideas y dominarlas.

Ernesto Lecuona nació en Guanabacoa, Cuba en 1895. Se gradúa del Conservatorio Nacional en 1913. Su orquesta, Lecuona Cuban Boys, recorrió numerosos países con remarcado éxito. Entre muchísimas otras, es compositor de Siboney, Canto Carabalí, Siempre en mi corazón. La comparsa, Para Vigo me voy, Andalucía. Muere en 1963 en Santa Cruz de Tenerife.
  Un caballero dominicano en Nueva York  
 

CAMILO: Cuando llegué a Nueva York había una etnomusicóloga que tenía una beca del Departamento de Cultura de Estados Unidos para hacer investigaciones sobre la música latina. Ella gestionaba un espacio no comercial, el Soundscape, donde centraba su trabajo. Todos los jueves en la noche nos reuníamos los músicos latinos y la elite que se juntaba en ese espacio que ni siquiera daba a la calle (quedaba en un quinto piso), a oír las intervenciones de los diferentes músicos, intercambiar ideas, mezclas de música de santería, ritmo de rumba, son, conga... Inclusive cuando vino la época de los marielitos, a principios de los ochenta, muchos músicos cubanos, como Daniel Ponce, iban ahí a reencontrarse con sus raíces y a enriquecer esas sesiones.
Eso sucedía también en unas descargas que organizaba Mario Rivera, el saxofonista, que todos los lunes a partir de las 12 de la noche y hasta las seis de la mañana, en la 145 y Broadway. Era hasta peligroso ir ahí a esa hora. Se juntaban músicos de jazz y latinos.
Estas eran maneras de nutrirse, de crecer como músico, tanto para unos como para otros.
Este tipo de experiencias siguen teniendo lugar en Nueva York.

TRUEBA: Toda la mezcla que se produce en el jazz latino venida desde Cuba, de Brasil, de República Dominicana... y que se encuentra en Manhattan, es pura música. No surge porque ninguna discográfica o los críticos, ni nadie, los apoye. Surge porque los músicos deciden hacer su propia música. Crearla al margen del comercio, porque cualquiera de estos músicos dedicándose a hacer música comercial viviría mucho mejor evaluándolo desde la cuenta corriente.

Michel Camilo nace en Santo Domingo en 1954 y reside en Nueva York desde 1979. Ha tocado con Paquito D'Rivera, John Patitucci, Mongo Santamaría, Peter Gordon, entre muchos otros, ganó el Grammy por el tema Why Not, interpretado por Manhattan Transfer en 1983.
  Música y cine  
 

TRUEBA: Es muy habitual que la música en el cine sea un trámite de última hora. Se termina de editar y entonces se llama a algún músico para que la musicalice en 10 días. Por supuesto que algo sale, pero es un añadido final, que no resulta de un proceso de intercambio. A mi me gusta que el músico participe desde el principio. Michel Camilo tuvo el guión de Two Much en sus manos casi desde la primera versión.

CAMILO: El guión de Two Much me lo envió Fernando Trueba, mucho antes de que la película se empezara a filmar. De hecho tuve en mis manos varias versiones del guión. En algún momento tuve la idea del tema de amor. Inmediatamente llamé a Fernando y le dije: "Escucha que este es el tema de la escena de amor" y le toqué, vía telefónica, Two Much / Love Theme"

CAMILO: La decisión de aparecer al final de la película Two Much, la tomó Fernando poco antes de iniciar el rodaje. En algún momento me dijo que había variado el final, y ahí aparecía la orquesta y entre otros estuvimos Paquito D'Rivera, Cachao y yo.

La película Two Much fue rodada en 1996, dirigida por Fernando Trueba e interpretada por Antonio Banderas, Mellanie Grifith y Daryl Hanna. La música es de Michel Camilo.
  Spain  
CAMILO: El disco con Tomatito se basa en una experiencia que hemos tenido en los últimos años. Hicimos 40 conciertos antes de entrar al estudio. A Tomatito, al igual que a mí, le gusta experimentar mucho. Spain es un proyecto que se renueva de concierto en concierto.  
  Calle 54  
 

CAMILO: Después de ver el estreno de Calle 54 en esa magnífica proyección en esa plaza, los músicos que ahí estábamos nos sentíamos en la gloria. Muy emocionados.

TRUEBA: La realidad de esta película son los músicos. Yo quería que el cine estuviera al servicio del sonido y no al revés.

CAMILO: Lo bonito de la película de Fernando es que muestra toda una gama de colores y confirma que el jazz no tiene una sola cara.

TRUEBA: En muchos aspectos ha sido un desafío porque me tenía que situar en paralelo con la música para captar algo que iba a suceder en forma espontánea. La toma buena fue siempre la escogida por los músicos, aunque hubiera otra con mejores planos. Lo que quiero es que esta música llegue a más gente para que aprenda a amarla

Calle 54 se rodó entre diciembre de 1999 y marzo de 2000. Todas las sesiones de estudio fueron grabadas en los Sony Studios de la calle 54 de Manhattan durante el mes de marzo.
  Acordes para adelante  
 

TRUEBA: Yo creo que las audiencias están sedientas de descubrir músicas nuevas. La gente está abierta e interesada, y cansada de escuchar las mismas cosas. Lo que pasa es que los medios de comunicación siguen empeñados en promocionar lo mismo y al servicio de difundir la música más tonta, más hortera. Yo creo que ahora hay un hartazgo de eso. La gente está empezando a escuchar músicas distintas. La gente empieza a querer salir de esta máquina de discos. Yo espero contribuir con esta película a dar la alternativa de esta música.

CAMILO: Pienso que hay cada vez más interés en la buena música latina. En los festivales de jazz, tanto en Europa como en Estados Unidos, cada vez más, se incluyen noches latinas o compartidas con jazzistas tradicionales. Es un proceso que ha venido creciendo paulatinamente. Y en los últimos tres años, aumenta ostensiblemente la cantidad de público. Así nos ha pasado en Milán, en Suiza... con un éxito de público tremendo. En el próximo octubre, Tomatito y yo tocaremos en el Blue Note una semana entera, y será la primera vez en la historia de ese local que entre un flamenco ahí. Y ejemplos sobran, de cómo se está aceptando cada vez más esta música. También creo que esta película ayudará mucho. Es que son tiempos rápidos, las comunicaciones, Internet y todo eso, hacen que las cosas vayan más rápido.

TRUEBA: Lo latino ha estado de moda muchas veces. El problema es que las cosas latinas han estado de moda casi siempre por las peores razones. Y son precisamente las que no me gustan. En parte al hacer esta película yo quería mostrar que hay gente que está haciendo cosas maravillosas, que está dando la vida, el arte y una cantidad de tradición sabiduría y técnica en la música. Y eso es lo que los latinos tenemos que reivindicar y enseñar. Y empezar a estar orgullosos de lo bueno.

Anapapaya Especial:
La calle del Jazz latino


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